VIDA ESPIRITUAL 

La vida en el Espíritu impulsa nuestra consagración. La oración, el crecer en la familiaridad con el Señor y la búsqueda de la intimidad con Él, constituyen el incansable empeño de nuestros días y son la fuerza que dinamiza nuestro estilo de vida.

Nos esforzamos por encarnar a María en la vida de hoy, porque Ella es para nosotras consagración, primacía de Dios, acogida de la gracia, acompañamiento, unión con el Hijo y docilidad al Espíritu.

Los pilares de nuestra vida espiritual son la Sagrada Eucaristía como celebración y comunión, es el encuentro sublime con Jesús, como fuerza renovadora para la actividad de cada día; y, la Palabra de Dios, que alimenta nuestra vida, nuestra oración y nuestro camino diario.